PAÍS: EE.UU. AÑO: 1998. DURACIÓN: 100 min. DIRECTOR: Alex Proyas. GUION: Alex Proyas. MÚSICA: Trevor Jones. FOTOGRAFÍA: Dariusz Wolski. REPARTO: Rufus Sewell, Kiefer Sutherland, William Hurt, Jennifer Connelly, Richard O'Brien, Ian Richardson, Colin Friels, Melissa George, Bruce Spence, John Bluthal, Mitchell Butel, Frank Gallacher, Ritchie Singer, Justin Monjo, Nicholas Bell, Satya Gumbert, Noah Gumbert, Frederick Miragliotta, Jeanette Cronin,. PRODUCTORA: New Line Cinema. GÉNERO: Ciencia ficción. SINOPSIS: John Murdoch se despierta solo en un extraño hotel y comprueba que ha perdido la memoria y es perseguido como el autor de una serie de sádicos y brutales asesinatos. Mientras intenta juntar las piezas que componen el puzzle de su pasado, descubre un submundo habitado por unos seres conocidos como "los ocultos" que tienen la habilidad de adormecer a las personas y alterar a la ciudad y a sus habitantes. ESTRENO CINE (EE.UU.): 27/02/1998. ESTRENO CINE (España): 19/01/2007. 22/05/1998. ESTRENO BLURAY (España): 08/05/2012.
Dark City es una película de 1998 escrita y dirigida por Alex Proyas. A pesar de ser un fracaso en taquilla (recaudando doscientos mil dólares más que su escueto presupuesto de 27 millones de dólares), no le impidió adquirir rápidamente la condición de filme de culto. La película es un referente en el cine fantástico por abordar temas de cierta complejidad de una forma imaginativa y estéticamente original, aunque lo haga conjugando géneros tan dispares como el cine negro y el expresionismo, con retazos de cyberpunk.
Su distribuidora, la New Line, no supo cómo venderla. ¿Es un film de ciencia ficción? ¿Es cine negro? ¿Se trata de un pastiche de multitud de cosas? Sea como fuere lo cierto es que el film de Proyas no lo vio casi nadie —aún recuerdo en el momento de su estreno los cuatro gatos que estábamos en la sala, mientras yo me sorprendía por no ver a casi nadie en la nueva película del director de la admirada ‘El cuervo’ (‘The Crow, 1994)—; sin embargo al año siguiente todo el mundo alucinó en colores con ‘Matrix’, la odisea de los Wachowski que "plagiaba" en más de un punto el film de Proyas.
Está claro que ‘Matrix’ tuvo un presupuesto mucho mayor, revolucionó por completo el mundo de los efectos visuales, en su reparto había una estrella taquillera y se supo vender como el no va más en el cine de acción. No obstante no quiero ser malinterpretado, soy de los que se lo pasa de miedo con ‘Matrix’, excelente película que debió permanecer sola sin secuelas. Pero al César lo que es del César, las Wachowski se inspiraron descaradamente en el universo creado por Proyas, un plagio muy disfrutable que iba más allá de lo meramente argumental (más adelante profundizaremos sobre este tema).
Existe una edición en Bluray del montaje del director —ese invento de Ridley Scott que vuelve locos a los consumidores de formato casero con cien mil remontajes de una misma película— y que como es lógico en nuestro país no se encuentra disponible, por lo que hay que recurrir a ciertos magos para poder conseguirla. Al igual que la famosa obra maestra de Scott, ‘Dark City’ es una película cuya fama ha ido creciendo con el paso de los años que la han ido revalorizando hasta convertirla en lo que es, una pequeña joya del cine de ciencia ficción, no exenta de algunos errores que no empañan un film fascinante de principio a fin.
Las diferencias entre la versión estrenada en cines y el montaje del director son la eliminación de algunas escenas, como la del prólogo, unos 10 minutos de metraje inédito repartidos a lo largo del film, y la supresión de la voz en off de Kiefer Sutherland, obligada a grabar por la New Line ya que consideraban la historia algo incomprensible. El montaje del director es la demostración palpable de que tal afirmación es absurda.
La historia de John Murdoch es perfectamente entendible desde el inicio cuando despierta en la bañera de una habitación de hotel hasta el falso final feliz en el que tomando conciencia de sí mismo y sus poderes convierte su viejo mundo en la materialización de sus recuerdos, implantados o no.
Las lecturas que se dejan entrever en su argumento son de lo más variopintas, desde la típica historia detectivesca en la que en la mejor tradición del Film Noir nada es lo que parece, hasta las teorías sobre sueños y recuerdos, la búsqueda de la identidad, el individualismo frente al colectivismo, pasando por la eterna lucha entre el Bien y el Mal, un elemento muy común en las grandes historias.
ARGUMENTO DE 'DARK CITY'.
La película nos muestra a los Ocultos: una raza alienígena, incapaz de sobrevivir al aire libre; de este modo utilizan los cuerpos humanos muertos como recipientes para poder moverse por la ciudad. Debido a su mayor evolución han desarrollado la capacidad de modificar la realidad creando y destruyendo materia, facultad que utilizan para recrear la ciudad cada noche y así adaptarla a las memorias modificadas de sus habitantes humanos. Por otro lado, su superior desarrollo tecnológico les permite borrar y generar recuerdos a base de mezclar los ya existentes en las mentes de los habitantes.
Cuentan para ello con la ayuda del Dr. Daniel P. Schreber (Kiefer Sutherland), el único humano en la ciudad que retiene sus conocimientos originales de psiquiatría, para ayudarles en la creación de nuevas memorias como si de un proceso artístico se tratara. De esta manera todos los habitantes de la ciudad forman parte de una especie de teatro o representación sin saberlo: cada una de las personalidades de los moradores de la ciudad es prefabricada con el objeto de observar el comportamiento y desarrollo de una mismo cuerpo/persona con varios juegos de recuerdos totalmente diferentes.
El ciclo completo del experimento comienza cada media noche, momento en que la ciudad se detiene, los humanos caen en una especie de letargo y los Ocultos crean o alteran zonas de la ciudad e imprimen nuevos recuerdos a un reducido número de personas. Terminado el trabajo la ciudad vuelve a funcionar y la gente despierta. Tras un periodo de observación el ciclo vuelve a repetirse sin final aparente.
Los Ocultos son presentados como una sociedad en decadencia, al borde de la extinción como resultado de sus poderes telepáticos: todos los especímenes comparten los mismos recuerdos y conocimientos, de modo que no hay lugar para la diferencia y el individualismo en su especie. Su búsqueda les hace reparar en el planeta Tierra y en los humanos; tras abducir a varios cientos de ellos y poblar una ciudad manufacturada a medida comienzan a jugar con los recuerdos de las personas, en la esperanza de que la diferencia entre dos seres humanos resida en el alma, y el alma humana sea un concepto atado o ligado de alguna manera a los recuerdos y vivencias particulares de cada persona y no algo condicionado por la genética o la morfología humana.
Su protagonista John Murdoch (Rufus Sewell), rechaza de forma impulsiva la nueva personalidad de asesino que le implantan; el Oculto que se deja imprimir con una copia de esta personalidad como excusa para tratar de predecir los movimientos del protagonista huido, en realidad lo hace como un intento por sentirse humano, aunque finalmente sólo desarrolla la faceta de asesino de la personalidad implantada; el hecho de que el protagonista haya vivido docenas de vidas anteriores y ahora desarrolle las mismas habilidades mentales que sus celadores da una idea del oscuro futuro que le espera a la evolución de la raza humana.
EL FASCINANTE LABERINTO DE 'DARK CITY'.
Distribuida como ese laberinto circular en el que el espléndido personaje de Kiefer Sutherland encierra a sus ratones —una clarísima pista de lo que nos dejará boquiabiertos en el cierre del segundo acto—, la ciudad oscura que da nombre al filme y ese movimiento en espiral que de ella se deriva es uno de los motivos recurrentes de una cinta que juega con muchas simbologías diferentes para, decía antes, añadir capas de mensaje al mero hecho de ciencia-ficción con el que juega de forma principal.
Quizás una de las analogías más brillantes que hace 'Dark City' —aunque quién sabe si de forma buscada o no— es la que se lleva a cabo con respecto al mito de la caverna de Platón, con la urbe haciendo las veces de ese oscuro lugar poblado de sombras que sirve de prisión a unos ocupantes que desconocen que lo que viven no es la "realidad".
Sumándose a ella las claras influencias que el noir ejerce sobre todo el conjunto —algo que ya se dejaba ver en 'El cuervo'—, es imprescindible antes de finalizar esta entrada aplaudir el espectacular esfuerzo que el departamento de diseño de producción hace para que la opresión sea la cualidad más destacable de una metrópolis a la que, si con algún otro epíteto puede caracterizarse, es el de "kafkiana". A que esa opresión traspase las fronteras de los muros de piedra y atenace al público, también ayudan las soberbias interpretaciones de todo el elenco, capaces de condensar la infinita melancolía que envuelve a los habitantes de la ciudad.
Rufus Sewell no era un actor muy conocido por la gran audiencia, pero su John Murdoch logra ser muy creíble. Jennifer Connelly, compone un personaje de mujer típica del cine negro, con interpretación de canciones clásicas incluidas; Kiefer Sutherland, aún lejos de convertirse en Jack Bauer forever, tiene en su haber el personaje clave del relato, una especie de mad doctor que tiene en su poder todos los recuerdos posibles.
William Hurt da vida a un curioso detective de policía, al que casi nadie hace caso, pero es de los pocos que sabe que las cosas no están bien. Richard O´Brien es el Sr. Mano —Proyas escribió el papel específicamente para el actor—, un Oscuro que decide inocularse los recuerdos de Murdoch para encontrarle pues representa una amenaza para su especie, produciéndose otra interesante reflexión con ello: el hecho de que el Sr. Mano posea los recuerdos de Murdoch responde más a una necesidad de sentirse humano, pues los recuerdos en parte es lo que nos hace únicos.
‘Dark City’ posee una extraordinaria dirección artística, obra de Richard Hobbs y Michelle McGahey, en la que una ciudad entera se transforma por completo, ocultando calles y edificios y naciendo nuevas construcciones, algo así como los recuerdos que viene, van y desaparecen. Trevor Jones hace gala de una muy acertada grandiosidad en su banda sonora, y Dariusz Wolski viste de oscuridad una película que en su parte final se llena de luz, el despertar de la nueva memoria que está por construirse.
-
SIMILITUDES CON OTROS FILMS.
El tema de mundos virtuales o alternativos ligados o no a la identidad del ser humano es un tema recurrente en el cine: Mulholland Drive (2001) y Carretera perdida (1997) de David Lynch son dos ejemplos en la representación de un universo alternativo que se desprende de los anhelos del protagonista ante situaciones extremas; Identidad (2003) también puede ser catalogada en este género aunque su ejecución es mucho más simplista. De una forma más visceral Existenz (1999), Nivel 13 (1999), Avalon (2001) o Virtuosity (1995) presentan mundos alternativos ligados a la tecnología y la realidad virtual.
Entre el cyberpunk, los mundos y paranoias de Orwell, Kafka o Philip K. Dick, la misma adaptación cinematográfica de Blade Runner o la Metrópolis de Fritz lang, y la atmósfera, texturas y personajes de las novelas negras de Raymond Chandler y Dashiell Hammett, el director australiano Alex Proyas diseñó 'Dark City', partiendo de una historia original suya y también interviniendo como coguionista.
Aunque el caso más similar que probablemente se pueda encontrar es el de The Matrix; el hecho de haber compartido decorados y haber sido estrenada con un año de diferencia la convierten en el "hermano rico" de Dark City, encontrándose similitudes no tan sólo en planos y secuencias determinadas sino en el desarrollo general de la trama: un Elegido toma conciencia de la falsedad de la realidad que le rodea y desarrolla habilidades propias de sus captores que utiliza contra ellos para liberar a la raza humana.
Alex Proyas se arriesgó no dándole todo mascado al espectador, arrastrándolo a un mundo incómodo de final lógico pero jamás deseado; las Wachowski sucumbieron con inteligencia a las necesidades de las nuevas eras de espectadores jóvenes. En realidad la producción supermillonaria se lo debe todo al pequeño film, hoy de culto, de Proyas.
Ambos films comparten a la directora de arte Michelle McGahey, pero eso no hace sino corroborar el plagio abyecto al que asistimos, porque los tiros de cámara son los mismos, el time-bullet o la fotografía no es que sea parecida, es que es prácticamente idéntica. 'Dark City' se estrenó en los USA en mayo de 1998. 'Matrix' en junio de 1999. La primera fue casi ignorada y la segunda resultó un éxito de taquilla y creó un culto en todo el mundo.
'Matrix' se rodó entre marzo y agosto de 1998 en Sidney para abaratar costes y con el equipo rebuscando callejones que tuviesen tufo a urbe norteamericana. Aunque buena parte del rodaje aconteció en los estudios que Fox acababa de inaugurar en la ciudad australiana, colgando a los actores de cables para azotar patadas y reutilizando material que otras producciones se habían dejado tirado en el set de rodaje, uno de ellos perteneció a 'Dark City'.
DARK CITY (1998) MATRIX (1999)